El Gran Divorcio. Un sueño. C.S. Lewis. Sobre la imposibilidad de reconciliar el bien y el mal, sobre su conocimiento y su verdad

 

“Blake escribió El matrimonio del cielo y el infierno. Si yo escribo sobre su divorcio, no es porque me considere un adversario a la altura de un genio tan grande, ni siquiera porque esté del todo seguro de saber lo que Blake quería decir. En un sentido u otro, el intento de celebrar ese matrimonio es permanente. La tentativa está basada en la creencia de que la realidad no nos proporciona nunca una alternativa totalmente inevitable; de que con paciencia y tiempo (sobre todo tiempo), encontraremos la forma de abrazar los dos extremos de la alternativa; de que el simple progreso, o el arreglo, o la ingeniosidad convertirán de algún modo el mal en bien sin necesidad de consultarnos para rechazar definitiva y totalmente algo que nos gustaría conservar.” C. S. Lewis, Prefacio El Gran Divorcio. Un sueño.

 

Si en mis manos estuviera poder publicar un resumen acertado y certero, que no escapara nada de lo esencial del texto, de seguro que aquí estaría; pero entiendo que siempre habría quienes me reprocharían haber dejado fuera dos o tres ideas a su juicio fundamentales, sin las cuáles el libro queda cojo.

 

Por consiguiente, que no voy a tratar de resumirlo sino de comentar dos o tres ideas que tienen a día de hoy importantes consecuencias: la idea de progreso en relación con  la idea de ingeniosidad o de creatividad.

El progreso es una experiencia única, pues es en sentido coloquial la aparición temporal y espacial de algo nuevo. Pero cabe preguntarse, ¿nuevo respecto a qué? A día de hoy algunos dirán que es la expresión de la riqueza y el buen hacer de los tiempos, otros preferirán decir que es la ruptura de lo estático, de lo ya acabado, de lo que ya no “da más de si”. Y nuevamente cabrá preguntarse: ¿qué es lo que era antes de la novedad? LO QUE ES.

Y ¿se puede ser nuevo sin ser?, la respuesta es obvia, y va incluida en la propia pregunta: “ser nuevo”, implica algo completamente distinto y a la par invariable: que se es.

Luego el verdadero progreso “de alguna manera” está ya implícito en la “ya existencia” es decir, que en la idea, la objetivación de la realidad, va incluida de suyo a la realidad misma.

Mi conclusión:

De la substancialidad del bien no puede devenir de la substancialidad del mal. El mal que es de alguna manera, no es en manera absoluta. El mal intrínseco no es de igual manera que lo son las cosas, sino que precisamente es en la medida en que las cosas no son.

De el mal puro no emerge o se educe el bien, solo el reconocer el mal en tanto que tal, es el principio del bien. Luego la pretensión originaria de inter-convertir el mal en bien solo es posible en la medida en que se reconoce la maldad propia, que en sí, como acto cognoscitivo es sumamente bueno: el arrepentimiento.

 

Francisco Prieto Roselló (director y primer redactor de pedaleosymas)  

 


7 respuestas a “El Gran Divorcio. Un sueño. C.S. Lewis. Sobre la imposibilidad de reconciliar el bien y el mal, sobre su conocimiento y su verdad

  1. Interesante asunto este de la lucha entre el bien y el mal en este planeta, llamado Tierra (infinitésima parte del Universo. En general preferimos en general concebir que el bien y el mal son como el anverso y el reverso de un mismo concepto de caracter sujetivo o relativista( no relativo), en función del placer, bienestar o alegría que algo o alguien nos produce; sin embargo, el bien y el mal son conceptos indudablemente objetivos de caracter ético o motal, que repecuten no solo en el bienestar personal o individual sino incluso en felicidad de la persona, o grupo de personas, sino que le pregunten al actual Gobierno español (en la misma linea q

  2. Continuo el anterior comentario; me refería a que el gobierno de ZP al igual que el resto de paises desarrollados que no dan noticias del incremente de suicidios que se producen en la denominada «sociedad del bienestar», cuyos datos son además manipulados a efectos estadísticos, como politicamemnte incorrectos, porque evidentemente el suicidio es un derecho a la vida más, que esta sociedad incumple, como laeutanasia o el aborto, y sin embargo nadie puede decir q

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